LEGADO


VIVIR, AMAR, APRENDER Y DEJAR UN LEGADO. Hace exactamente cinco años decidí dejar de ser oruga para convertirme en mariposa. Llegar al final de mi vida profesional como maestra, dejando un legado, inspirando y motivando a mis alumnos a crecer como personas.
Hoy quiero compartir desde el respeto profundo que tengo por esta familia, su testimonio después de trabajar con mi metodología basada en los Valores.




"Quisiera contar nuestra historia: Mi hija Amaya sufre una cardiopatía desde que nació, cuando cumplió 7 años los cardiólogos nos dijeron que en unos años había que operarla a corazón abierto porque peligraba su vida. Ahora ya han transcurrido esos pocos años y tuvimos que afrontar su operación.
Imaginad la angustia, el dolor y el sufrimiento de toda la familia y en especial de nosotros, sus padres.
Yo, su madre, estoy operada también del corazón y he vivido toda mi vida con la enfermedad pero, ni mi marido ni Amaya saben lo que se siente, porque Amaya no ha presentado ningún otro síntoma más que el sentirse cansada.
No sabíamos como afrontar ni como solucionar el hecho de que nuestra hija tuviera que ingresar a quirófano y someterse a una operación a corazón abierto.
Empecé por llevar a Amaya a una psicóloga para que le ayudara a afrontar la situación pero, Amaya se negó rotundamente a hablar del tema y tan solo se enfadó con el mundo.  Amaya no quiso saber absolutamente nada de psicólogos. Si ya teníamos la angustia de hacer frente a la operación, mi marido y yo debíamos encontrar alguna manera para ayudar a nuestra pequeña hija a entender esta situación.
En el día a día del colegio me encontré con Ani y se lo comenté. Ella nos abrió las puertas de su casa, porque dijo que quería aportar su granito de arena para ayudar a Amaya y fue así como si de un juego se tratase, con unas cartas de Valores, empezamos a hablar de nuestros miedos e inquietudes, de los Valores que realmente nos hacían falta en ese momento para afrontar la situación y así comenzamos a crear nuestro propio Escudo de Valores  hecho con nubes de colores y que luego Ani nos lo regaló. Amaya lo luce con mucho cariño en su habitación.

Desde ese mismo día, como nos lo recomendó Ani, repasábamos el escudo con Amaya, hablábamos todas las noches sobre su operación y sus miedos.





Llegó el día de su operación, yo estaba en la entrada del quirófano con Amaya pero ninguna de las dos tenía miedo, habíamos hablado de todo. Amaya sabía lo que le iban a hacer, que saldría con una cicatriz y con muchos cables y tubos pero, lo mejor de todo era que al final tendría un NUEVO CORAZÓN SANO.
Amaya aprendió con los Valores a hablar y a preguntar sobre sus miedos y por eso entró a quirófano sin ellos. Hasta los anestesistas y cardiólogos se maravillaron que una niña tan pequeña entrara tranquila y relajada a quirófano.

Y así fue, todo salió bien, estuvo 5 días en la REA y la mandaron a casa, ahora se encuentra genial con su NUEVO CORAZÓN SANO.

Por todo esto quiero decirle y agradecerle a Ani por su pequeño grano de arena que para nosotros se convirtió en una montaña de paz y tranquilidad.

Gracias a los Valores y como nos enseñó Ani a usarlos, se puede afrontar una situación tan difícil y complicada de la vida.

Mil gracias porque los Valores pueden ayudarnos en nuestras vida y hacer de nuestros hijos mejores y grandes personas"




Historias como éstas son  las que devuelven la ilusión para seguir adelante.

Me planteé dejar un legado y lo estoy cumpliendo.

Gracias Amaya y familia por confiar en mí, por haber aceptado mi granito de arena y por vuestro ejemplo.


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